martes, 4 de diciembre de 2007

Kaká, en la cima del mundo

Era un secreto a voces: Ricardo Izecson Dos Santos Leite, Kaká ha sido galardonado con el Balón de Oro 2007, que premia al mejor futbolista de cada año entre aquellos que juegan en Europa. La verdad es que no deja de sorprenderme que, año a año, el galardonado se sepa con semanas, incluso meses, de antelación.

Pero, al margen de esto, uno siempre se ha planteado la justicia o injusticia de este galardón. En muchas ocasiones, cierto es que premia al que de verdad ha sido el mejor futbolista de Europa durante el año en cuestión pero las elecciones parecen muchas veces más basadas en criterios políticos o mediáticos más que deportivos. En años de Mundial o Eurocopa, se suele premiar al jugador más relevante de la selección campeona y en los años impares, sin citas de selecciones, suele premiarse a un jugador del equipo campeón de Europa. Y muchas veces puede que la elección sea justa pero en otros muchos casos se me antoja que no: a mi juicio, el haber ganado tal o cual título es evidente que te da más posibilidades pero no debería ser un factor determinante, como parece que es.

En el caso de este año, no voy a ser yo quien diga que el galardón a Kaká es injusto pero creo que Cistriano Ronaldo (campeón de Liga y semifinalista de Champions, amén de haber destapado por fin casi todo lo que venía prometiendo) o el milanista Pirlo (gran temporada la suya) podrían haber sido igual de merecedores al premio.

El caso es que el elegido ha sido el brasileño y yo, en mi fuero interno, me alegro: es un crack, no sólo en lo deportivo, sino parece también que en lo humano (me impresionó su camiseta tras ganar la Champions: "Yo pertenezco a Jesús") y es mucho más sensato que la mayoría de los brasileños. Pero, sobre todo, me regocija la frase que le atributen a Florentino Pérez, cuando Kaká jugaba aún en el Sao Paulo: "¿Cómo vamos a fichar a tipo llamado Kaká?".

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