miércoles, 27 de diciembre de 2006

Casualidades (o no) de la vida






Dentro de estar de vacaciones, me encuentro con una curiosa historia: escribo hace diez días sobre el golazo del Kun ante el Levante en Copa y sobre la victoria del Estudiantes de Simeone en la Liga argentina.


Victor Hegelman me pone en la pista de la portada del Mundo Atlético el pasado sábado que reproduzco aquí.

Si la coincidencia de titulares es casualidad o no, lo desconozco pero, la verdad, me parece muy sospechoso.


Espero que los lectores de este blog pasen una
buena Navidad y que 2.007 les traiga todo lo que deseen.

viernes, 22 de diciembre de 2006

Otro latigazo del Kun

Mal partido y buen resultado, así se podría resumir el empate a 1 de ayer en el Nou Camp. Ante un Barcelona que salió desde el principio a por el partido y a resarcirse de su derrota en el Mundialito, el Atlético dio una sensación bastante pobre, sobre todo en el primer tiempo, pero una nueva genialidad del Kun nos permite seguir una semana más en Champions.

El primer tiempo fue un monólogo blaugrana (más de un 70 % de posesión de balón) pero sin oportunidades excesivamente claras: aunque sigan arriba, este equipo pierde mucho poder remtador sin un Eto'o al que se veía desesperado en la grada. Una absurda falta de Galletti permitió a Ronaldinho marcar el primer tanto con la "colaboración" de un Leo Franco, en mi opinión, descolocado. Me dirán que, ante una falta directa, el portero debe centrarse un poco porque, caso de superar la pelota la barrera, no llegará jamás al palo que cubre ésta. Mi opinión es que a un portero no se le puede permitir que el balón entre por su palo y éste fue el caso de ayer.

Tras el gol, el partido siguió por los mismos derroteros: Deco, Xavi e Iniesta hacían y deshacían a su antojo mientras que el centro de campo del Atleti corría y corría sin ser capaz, en ningún momento, de robar la pelota a los blaugana.

El panorama cambió algo en la segunda mitad, no se si por un bajón físico del Barcelona o por la salida de Mista en lugar de un Jurado desaparecido. El murciano de situó detrás de los dos puntas y, cosas de la vida, fue el único capaz de jugar la pelota con un cierto criterio en el medio campo atlético. Con este cambio, Aguirre, al cambiar a Galletti de banda, renunció a la banda derecha del ataque, planteamiento comprensible dado que la subida por banda no es la mayor virtud de Oleguer. Pero uno se pregunta si no hubiese sido mejor poner alguien en esa banda que, apoyado por las caidas a banda de Torres, forzase un "dos contra uno" en esa zona del campo.

El partido se igualó pero el Atlético no daba sensación alguna de poder marcar. Hasta que, en el único balón decente que recibió, el Kun le cogió la espalda a la defensa (Thuram sufrió un tirón al intentar seguirlo), se plantó solo delante de Valdés y definió como definen los superclase: no necesitó mirar la portería ni al portero, sólo al balón. El sabía dónde estaba situado y dónde debía colocarla. Y eso sólo está al alcance de los grandes.

Empate final a uno y, por primera vez, dos semanas seguidas en Champions. Una cuarta plaza que, viendo la historia del Atleti, es una miseria pero, visto lo visto los últimos años, sabe a gloria.

jueves, 21 de diciembre de 2006

El mejor partido de la última década

Con el Barcelona – Atlético de Madrid de esta noche se cierra el año futbolístico, al menos, en lo que a partidos oficiales se refiere. Y se cierra, desde mi punto de vista, de la mejor forma posible: con el que ha sido, año tras año, uno de los mejores partidos del año, por no decir el mejor, durante la última década, incluso más.

Mientras espero con ansia el inicio del choque, innumerables recuerdos de estos partidos se agolpan en mi cabeza: la remontada (4-3) en el Calderón tras el hat-trick de Romario, aquel debut de Ronaldo con otro hat-trick en la Supercopa del 96 con derrota (5-2) en el Nou Camp y el posterior partido de vuelta en La Peineta (por cambio de césped del Calderón) donde casi remontamos (3-1), la humillante derrota (0-5 y 6-0) en una eliminatoria de Copa, aquel gol de Pantic de cabeza en la final de Copa del 96 que nos daba la victoria en la prórroga y ponía la primera piedra para el doblete, aquel remate de Caminero a Nadal en el Nou Camp, el gol de Rivaldo desde el medio campo del Calderón, la vaselina imposible de Caminero, los cuatro goles de Pantic que no sirvieron de nada (5-4) en la vuelta de una eliminatoria de Copa en Barcelona ...

Partidos de ida y vuelta, remontadas (casi) imposibles de los dos equipos, encuentros que nacen controlados y que después se descontrolan sin que nadie sepa porqué y nadie sepa cómo pararlos, goles, goles y más goles.

Estos son los Atlético – Barcelona, un partido jugado a otra velocidad, un partido “a su aire”. El Atlético ha vencido los dos últimos años en el Nou Camp, con todo en contra y con muy pocos argumentos futbolísticos. Esta noche en la que, por diversos motivos, todo parece algo más igualado, no ganará.

O sí, quien sabe.

P.D.: Aquellas triangulaciones de todo el Atleti en el Calderón que no se repiten en ningún partido de la temporada, aquella espuela de Ibagaza para dejar sólo frente al portero a Torres, la maravillosa machaconería del Niño en hacer el “partido de su vida” frente al Barcelona …

Publicado en www.rafanomejodas.info

jueves, 14 de diciembre de 2006

Del Cholo Simeone al "Kun" laude

Tremenda noche la ayer: noche de zapping televisivo viendo el Levante - Atlético y, en los parones, el Boca - Estudiantes. Incluso algunos retazos del Palermo - Celta.

La noche comenzó mal: marcaba Boca (Palermo) nada comenzar el partido de desempate del torneo argentino y el Atlético era incapaz de generar oprtunidades claras de gol. Hay cosas de los entrenadores que jamás llegaré a comprender y el planteamiento de ayer de Aguirre es una de ellas: un centro del campo inédito (Costinha, Gabi, Valera y Jurado), unos cambios incomprensibles (Luccin acabó casi de falso lateral) y Agüero en el banquillo 60 minutos.

Si unimos esto a la tradicional negación de este equipo ante el gol y una nueba demostración de las carencias de Perea, el resultado no podía ser más que el inicial.

Pero en estas, Aguirre decidio sacar al Kun y, de la nada, se inventó un gol sólo al alcance de los grandes. Este chico tiene algo completamente diferente y lo triste es que se tenga que inventar el las jugadas, que no reciba un miserable pase en condiciones.

Y de ahí a la prórroga y a los penaltys donde, tras el fallo inicial de Torres, el propio Kun sentenció con una tranquilidad pasmosa.

Y, al otro lado del charco, el Estudiantes del Cholo Simeone remontaba a Boca, convirtiéndose en campeón 23 años después. Y esto, únicamente diez meses después de haber comenzado su carrera como técnico.

Lo dicho, una noche maravillosa.

martes, 12 de diciembre de 2006

De la "mujer-florero" a los "directivos-florero"

Hace algunos años, una canción de Ella baila sola ironizaba, al hilo del notable cambio del papel de la mujer en la sociedad española, acerca de las "mujeres florero" cuyo único objetivo en la vida era "servir a su maridito, prepararles la cena y contarle los cotilleos de rigor cuando ellos llegaban del trabajo".

Pues bien, tras la dimisión de Juan Mendoza (vicepresidente) y Juan Carlos Sánchez (responsable de la sección de baloncesto) como miembros de la junta directiva del Real Madrid,
parece ser que este papel de los floreros se ha trasladado al fútbol y a sus directivos.

Los clubes de fútbol, sean sociedades anónimas o no, se han convertido en empresas y no voy a ser yo quien pretenda dar clases a los demás de cómo llevar su negocio pero hay cierto tipo de cosas que no parecen muy de recibo. Por supuesto que no voy a entrar a valorar a personajes que todos conocemos y que, amparados en que tienen un montón de millones de euros, se permiten el lujo de comprar determinados clubes y hacer de ellos su coto privado sin importarles lo más mínimo la opinión mayoritaria de los socios.

Pero, en el caso del Madrid, incluso del Barcelona, parece que el presidente en cuestión (llámese Pérez, Laporta o Calderón) gana las correspondientes elecciones y ya se cree con derecho a tratar el club como si fuese su juguetito y ya no sólo no consultar sino ni siquiera informar a sus directivos más próximos de las gestiones tendentes, por ejemplo, a fichar a tal o cual jugador o a la integración en futuro más o menos corto del equipo de baloncesto en la NBA.

Soy plenamente consciente de que al aficionado medio esto no le importa, sólo le preocupa que gane su equipo pero, francamente, creo que dejar la gestión de una empresa de varios cientos de millones de euros en manos de una sola persona puede resultar muy peligroso. Por muy brillante que sea esta persona.

Publicado en www.rafanomejodas.info

El buen padre de familia

Decía José Mª García en su día que "tal o cual equipo es como el buen padre de familia, se deja en casa lo que gana fuera". Pues ese es el caso del Atlético este año: en siete partidos en casa ha conseguido únicamente diez puntos y en los mismos siete partidos fuera ha conseguido catorce puntos. Prefiero no imaginar dónde estaríamos si hubiésemos ganado una cantidad razonable de puntos en casa o, lo que es peor, si hubiésemos conseguido fuera los puntos que cabía esperar.

Lo de este año en el Calderón pasa ya a la historia como uno de los fenómenos inexplicables que le ocurren a este equipo. Personalmente, no le doy tanta importancia al hecho de que nos cueste menos ganar fuera que en casa: eso es un fenómeno razonablemente común en el fútbol español y que, bien pensado, tiene una cierta lógica. Lo que me preocupa (y mucho) es que los ocho equipos (incluyendo al Levante en la Copa del Rey) que han jugado este año en el Calderón han marcado y han marcado primero, obligándonos a (intentar) remontar. Este dato es especialmente sorprendente para un equipo que, en los siete partidos jugados fuera, ha encajado apenas tres goles (en San Mamés, Bernabeu y Riazor).

Lo dicho, un fenómeno a seguir estudiando.

En lo que se refiere al partido del pasado domingo ante el Español, apenas aportó novedad alguna en lo que viene siendo el juego y las carencias de este equipo a lo largo del año y que son repetitivas en relación con lo que ya he comentado en varios post esta temporada:

  • Salvo casos aislados, veinte minutos de buen juego por partido: y así es imposible ganar un encuentro, sobre todo, si no tienes un matador de verdad que enchufe las ocasiones que es capaz de crear el equipo.
  • Unido con lo anterior, este equipo necesita cada día más, un 9 de verdad. Aunque se habló en su momento de Rodrigo Palacios, mi sueño imposible es Huntelaar pero es solo eso, un sueño. Sea quien sea, hace mucha falta. Y no me pregunten si quitaría a Torres o a Agüero. Esa pregunta, de momento, no la voy a responder. Posiblemente, porque no quiero saber la respuesta.
  • Perea salva un buen número de balones imposibles en todos los encuentros pero, a la vez, tiene unos fallos imperdonables para un defensa central. Cierto es que es tremendamente rápido pero entiendo que con ello está ¿tapando? una cantidad ingente de lagunas técnicas y tácticas (no se cuáles son peores). ¿Porqué no se lo vendimos al Milán?
  • Nos falta un conductor: Maniche es un excelente jugador pero no un conductor. Los minutos que hacemos buenos en cada partido son gracias a la garra, la velocidad y ciertas gotas de calidad de ciertos jugadores, no en base a un juego ordenado y conducido por un cerebro.
  • Las bandas. Antonio López y Galletti son dos buenas soluciones de emergencia (más el primero que el segundo) pero, ante las lesiones de Maxi y Petrov, no se puede aguantar toda la temporada con ellos dos en las bandas. Sigue siendo imprescindible ir al mercado de invierno a fichar un jugador (al menos) de calidad que pueda jugar por las dos bandas.

Y mañana, el Levante. A remontar toca. Y esta vez no vale aquello de "fuera de casa jugamos mejor y obtenemos mejores resultados porque no tenemos presión". Porque esta vez, la presión es nuestra. Y los obligados a atacar somos nosotros. Pero eso será mañana.