Decía José Mª García en su día que "tal o cual equipo es como el buen padre de familia, se deja en casa lo que gana fuera". Pues ese es el caso del Atlético este año: en siete partidos en casa ha conseguido únicamente diez puntos y en los mismos siete partidos fuera ha conseguido catorce puntos. Prefiero no imaginar dónde estaríamos si hubiésemos ganado una cantidad razonable de puntos en casa o, lo que es peor, si hubiésemos conseguido fuera los puntos que cabía esperar.
Lo de este año en el Calderón pasa ya a la historia como uno de los fenómenos inexplicables que le ocurren a este equipo. Personalmente, no le doy tanta importancia al hecho de que nos cueste menos ganar fuera que en casa: eso es un fenómeno razonablemente común en el fútbol español y que, bien pensado, tiene una cierta lógica. Lo que me preocupa (y mucho) es que los ocho equipos (incluyendo al Levante en la Copa del Rey) que han jugado este año en el Calderón han marcado y han marcado primero, obligándonos a (intentar) remontar. Este dato es especialmente sorprendente para un equipo que, en los siete partidos jugados fuera, ha encajado apenas tres goles (en San Mamés, Bernabeu y Riazor).
Lo dicho, un fenómeno a seguir estudiando.
En lo que se refiere al partido del pasado domingo ante el Español, apenas aportó novedad alguna en lo que viene siendo el juego y las carencias de este equipo a lo largo del año y que son repetitivas en relación con lo que ya he comentado en varios post esta temporada:
- Salvo casos aislados, veinte minutos de buen juego por partido: y así es imposible ganar un encuentro, sobre todo, si no tienes un matador de verdad que enchufe las ocasiones que es capaz de crear el equipo.
- Unido con lo anterior, este equipo necesita cada día más, un 9 de verdad. Aunque se habló en su momento de Rodrigo Palacios, mi sueño imposible es Huntelaar pero es solo eso, un sueño. Sea quien sea, hace mucha falta. Y no me pregunten si quitaría a Torres o a Agüero. Esa pregunta, de momento, no la voy a responder. Posiblemente, porque no quiero saber la respuesta.
- Perea salva un buen número de balones imposibles en todos los encuentros pero, a la vez, tiene unos fallos imperdonables para un defensa central. Cierto es que es tremendamente rápido pero entiendo que con ello está ¿tapando? una cantidad ingente de lagunas técnicas y tácticas (no se cuáles son peores). ¿Porqué no se lo vendimos al Milán?
- Nos falta un conductor: Maniche es un excelente jugador pero no un conductor. Los minutos que hacemos buenos en cada partido son gracias a la garra, la velocidad y ciertas gotas de calidad de ciertos jugadores, no en base a un juego ordenado y conducido por un cerebro.
- Las bandas. Antonio López y Galletti son dos buenas soluciones de emergencia (más el primero que el segundo) pero, ante las lesiones de Maxi y Petrov, no se puede aguantar toda la temporada con ellos dos en las bandas. Sigue siendo imprescindible ir al mercado de invierno a fichar un jugador (al menos) de calidad que pueda jugar por las dos bandas.
Y mañana, el Levante. A remontar toca. Y esta vez no vale aquello de "fuera de casa jugamos mejor y obtenemos mejores resultados porque no tenemos presión". Porque esta vez, la presión es nuestra. Y los obligados a atacar somos nosotros. Pero eso será mañana.
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