martes, 31 de julio de 2007

"Lo" de Reyes

El fichaje de José Antonio Reyes por el Atlético de Madrid no es sino una muestra más de la falta de dignidad de sus dirigentes que, por desgracia, trasmiten a la institución. ¿Cómo se puede fichar a un jugador que te ha rechazado el año pasado para irse al eterno enemigo? Que, incluso, te ha pagado para irse al eterno rival.

El propio jugador y la prensa afín a los mangantes (es decir, toda, por motivos largamente explicados en este blog) tratan ahora de regalarnos los oídos diciéndonos que "si el sueño del jugador fue siempre estar aqui", que "si el año pasado no vino fue por una imposición del Arsenal" y cosas por el estilo.


Independientemente de la calidad del jugador, que no me parece un mal refuerzo, hay cierto tipo de cosas que deberían estar por encima de cualquier virtud futbolística. Si bien es un jugador bastante irregular, garantiza un buen número de goles por temporada y, creo, que aportará más que Petrov salvo en una cosa de la que tampoco andamos sobrados, precisamente: carácter.

Pero, en todos los órdenes de la vida, la diginidad debería estar por encima de todo: fogueamos jugadores de la cantera blanca (Jurado, ¿Javi García?), pagamos a jugadores que han tenido contratos con precandidatos a la presidencia del club de Concha Espina (Pablo), fichamos a jugadores que nos han dejado tirados hace un año por irse al eterno rival (Reyes) ... ¿Cuál será la próxima? ¿Venderle al Madrid a nuesto jugador bandera, si es que nos queda alguno?

lunes, 30 de julio de 2007

El Atlético agoniza

Hay gente que piensa que el Atlético ha muerto hoy. Yo sólo creo que es es sólo un paso más dentro de su larga agonía que empezó hace veinte años, 1 mes y cuatro días. El acuerdo definitivo para la venta del estadio Vicente Calderón no es sino un paso más en ese proceso de enriquecimiento personal y de descrédito y liquidación de los activos del Club emprendida por los Giles&Cerezo hace ya veinte largos años.

Evidentemente, a estas alturas de vida, ya no es cuestión de creer una sola palabra de lo dicho por los mangantes pero ¿dónde están aquellas "promesas" de que "si se vendía el Calderón, sería para ir a un estadio mejor y en propiedad"?

Después de algunos días sin escribir por cuestiones personales y profesionales, sólo tengo preguntas. Muchas preguntas y ni una sola respuesta. Bueno, sí, solo tengo una respuesta: "suponiendo que sobrevivamos a ellos, cosa que cada vez dudo más, no hay absolutamente nada que hacer mientras que no se marchen".

¿Cómo se puede vender a Torres? ¿Cómo se puede vender el Calderón? ¿Cómo se puede siquiera plantearse el fichaje de Reyes tras lo ocurrido el pasado año? ¿Es lógico el "trueque" Petrov - Simao? ¿Cómo se pueden volver a contratar diez futbolistas? ¿Cómo no se plantea el fichaje de un cerebro? ¿Cómo no se retoca la defensa? ¿Cómo no se ven las lagunas del equipo? ¿Cuál es la verdadera razón para no haber traído en diez años a un conductor de juego? ¿Cómo ...?

miércoles, 18 de julio de 2007

Un atlético en Liverpool (I): El debut

Comienzo hoy una serie de artículos destinados a seguir la aventura inglesa de Fernando Torres en el Liverpool. Siempre que mi tiempo me lo permita, trataré de ir reseñando los momentos más destacables del Niño en el equipo de la cuidad de Los Beatles. Y lo hago porque, en madrid, Liverpool o Estambul, Fernando llevará siempre allá donde vaya el Sentimiento Atlético y siempre será "Uno de los Nuestros".

Ayer, 17 de julio de 2.007, se produjo el debut de Fernando Torres con el Liverpool. En Suiza y en un amistoso frente al Werder Bremen. Jugó los últimos 25 minutos del partido y, según cuentan las crónicas, tuvo dos oportunidades claras para marcar.

Aquí os dejo dos reseñas del partido:

http://www.marca.com/edicion/marca/futbol/internacional/es/desarrollo/1017744.html

http://www.as.com/articulo/futbol/Debut/triunfo/Kid/Torres/Liverpool/dasftb/20070718dasdaiftb_55/Tes/

martes, 17 de julio de 2007

El "Ayalazo" (y Diego Milito)

Roberto Fabián Ayala acaba de protagonizar una de las operaciones más rocambolescas que uno recuerda en los últimos años en el mundo del fútbol. Y mira que suceden cosas raras en este mundo.

Resulta que el argentino, después de siete temporadas en el Valencia, no llega a un acuerdo para renovar su contrato con el equipo che y, tras varios meses de negociaciones, alcanza un acuerdo con el Villareal que se haría efectivo a partir del 1 de julio de 2.007. Pero, a pesar de estar este acuerdo firmado, nunca se dejó de hablar del futuro del jugador: incluso se llegó a especular con que fuese el propio Valencia quien pagase la cláusula de rescisión de su contrato con el Villareal para volverlo a incorporar a sus filas. Y sospecho que la razón de no abonar esta cláusula fue mas por dignidad y por decencia que por el propio interés futbolístico.

El caso es que el Barça, parece ser que decidido a hacer una defensa más rocosa y algo alejada del estilo Cruyff, se lleva a Gaby Milito del Zaragoza, abonando unos 18 millones de €. Curioso también este caso: resulta que hace cuatro años los servicios médicos del Madrid descartan al jugador porque, parece ser, su fichaje entraña bastante riesgo. Cuatro años después, el jugador ha tenido un rendimiento sensacional en la liga española, no ha tenido ninguna lesión medianamente grave (que uno recuerde) y acaba de ser traspasado al Barcelona. Lo más sorprendente es que, si hacemos caso a la prensa deportiva, el propio Real Madrid se planteó su fichaje, en una operación que hubiese dejado altísima la dignidad y la decencia del Valencia, caso de haber recomprado a Ayala.

Y es en ese momento cuando el llamado efecto-dominó lleva al Zaragoza a interesarse por Ayala para llenar el hueco dejado por Milito. Y, tras varios días de negociaciones que no llegan a buen puerto, el Zaragoza decide abonar la cláusula del jugador que, sorprendentemente, sólo estaba en 6 millones €.

Cierto es que es un jugador ya con 34 años pero sigue siendo titular y referente indiscutible de la selección argentina. Con un gran carácter y espíritu de lucha, como cualquier argentino que se precie de serlo, Ayala ha marcado una época en el Valencia con el que ha vivido la etapa más gloriosa del equipo che (con permiso de la etapa de su compatriota el Matador Kempes).

Nunca comprendí cómo lo dejó ir el Milán, nunca comprendí cómo no lo renovó el Valencia y no comprendo cómo se lo ha dejado arrebatar el Villareal sin siquiera haberse puesto la camiseta amarilla. ¿Será que me he perdido algo?

lunes, 16 de julio de 2007

Malos tiempos para la lírica (o la final de los papeles cambiados)

Llegaban Brasil y Argentina a la final de la Copa América y tenía uno la sensación de que el mundo futbolístico se había vuelto un poco del revés: Brasil, máximo (y casi único) exponente del jogo bonito, practica, desde la llegada de Dunga al banquillo de la verdeamarela, un fútbol rocoso, lento, espeso, con pocas concesiones a la imaginación tanto en los protagonistas (sólo Robinho) como en la idea de juego.

Por su parte, la Argentina, más especialista, tradicionalmente, en fútbol de lucha y contención (sobre todo, con técnicos de los llamados bilardistas) lleva ya un tiempo practicando un fútbol muy agradable de ver para el espectador. A pesar de su decepcionante papel en el Mundial del pasado año, la generación de los Milito, Messi, Tévez, Agüero (si explota definitivamente) está llamada a grandes cotas.

La trayectoria de ambas selecciones en esta Copa América, hasta llegar a la final, no había sido sino un reflejo de su idiosincrasia actual. Un Brasil que perdió el partido inicial ente México, que no brilló en ningún momento (salvo los destellos de Robinho, elegido mejor jugador del torneo) y que pasó a la final en los penalties.

Argentina, por su lado, siempre dio la sensación de ir ganando sus partidos con mucha más solvencia y era, de hecho, el gran favorito unánime para la final.

Pero los fallos defensivos y la desaparición de Riquelme acabaron con las esperanzas de la albiceleste de alzarse con la Copa América. Y con ellas, con las de millones de espectadores (entre los cuales me incluyo) que deseábamos que el jogo bonito (de Argentina) triunfase frente al fútbol control (de Brasil).

Malos tiempos para la lírica.

miércoles, 4 de julio de 2007

Ya lo han conseguido

Fernando Torres se va. Ayer se hizo público el acuerdo entre el Liverpool y el Atlético de Madrid para el traspaso de Fernando. Esta directiva nos vende al único motivo que teníamos los aficionados de sentirnos orgullosos de ser rojiblancos, al único motivo por el cual merecía la pena tragarse tostón tras tostón en el Calderón, al único jugador que, en las duras y en las maduras (¿ha habido alguna?), se ha atrevido a proclamar a los cuatro vientos su amor a estos colores y su orgullo por sentirse rojiblanco.

Y se va por la nefasta gestión de esta directiva. Por un lado, le ha vendido. Y no solo es que le haya vendido, es que, antes de venderle al Liverpool, le ha ofrecido a más de un club (y se de lo que hablo). Por otro, ha sido incapaz de crear un equipo a su altura en siete años: dos Intertotos es todo su balance. Y que nadie me hable de que es un equipo de viene de Segunda: el Sevilla vino de segunda sólo un año antes y miren en donde está. (Y ya que hablo del Sevilla, me hacen mucha gracia aquellos que dicen que es buena la venta de Torres porque ese dinero se podrá utilizar para mejorar el equipo, tal y como hizo el Sevilla tras las ventas de Reyes, Baptista y Ramos. Como he dicho tantas veces, el problema no es el dinero, son las manos que lo gestionan.)

Al jugador, no tengo una sola crítica que hacerle: es evidente que debe ser el quien de el visto bueno a la operación pero creo que bastante ha aguantado ya. Pero toda paciencia tiene un límite y parece ser que la suya se colmó el 20 de mayo de 2.007, tras el humillante 0 -6 encajado ante el Barcelona y aquella maldita jugada. Otro "mérito" más de esta directiva.

El año que viene iremos al Calderón y no tendremos referencia a la cual buscar, nos hemos quedado huérfanos, nos han dejado huérfanos. Sólo me queda el consuelo de que, allá donde vaya, Fernando será siempre "uno de los nuestros".

martes, 3 de julio de 2007

Torres, no te vayas

Se que está (casi) hecho, que sólo un milagro podría cambiar la situación. Pero desde la angustia y la desesperación que invaden ahora mismo mi corazón rojiblanco me atrevo a gritar las cuatro palabras que sirven de título a este post, en la esperanza o en el deseo de que, mientras Fernando no diga que se marcha, todavía quedará algo a lo que agarrarse.

Capello, diez años no son nada

Llegó Fabio Capello al Real Madrid en el año 1.996 a un equipo que había sido campeón de Liga con Valdano dos años antes pero que la temporada precedente (1995/96) si siquiera se había clasificado para disputar competición europea alguna.

Y llegó con fama de sargento. Y llegó con el encargo de renovar el equipo y volver a hacerlo un equipo campeón, tal y como lo había sido el Milán de heredó de Sacchi. Y llegó para terminar de “jubilar” a lo que quedaba de la “quinta del Buitre”, aquellos “niñatos”, según muchos, malcriados por Ramón Mendoza que los introdujo (ironías de la vida) en lo que dio en llamarse “el club de los 100”, porque cobraban 100 millones de las antiguas pesetas.

Y ordenó fichar a una serie de jugadores en plenitud y todavía con mucho fútbol por delante: un Roberto Carlos de 23 años que apuntó grandísimas cosas en su única temporada en Italia, un Mijatovic (las vueltas que da la vida: hoy, director deportivo blanco y principal valedor de Capello) en plena madurez, un Seedorf que venía de ganar la Copa de Europa un año antes con el Ajax de van Gaal, un Suker en su plenitud deportiva (todavía recuerdo cuando, concentrado con Croacia para la Eurocopa de Inglaterra, viajó a Sevilla en un jet privado para jugar el último partido de Liga, marcar tres goles y salvar al Sevilla del descenso) ...

Y fue campeón de Liga, no sin ciertas dificultades al final pero fue campeón. Y no sin antes anunciar, dos meses antes de concluir la temporada que se iba, que Berlusconi le había llamado y que no podía decirle que no (otra ironía de la vida, tras ver lo que ha hecho, mediada la temporada, con David Beckham).

Y llegamos a 2.007. Ramón Calderón acaba de ¿ganar? las elecciones a la presidencia del Real Madrid, en su candidatura viene Mijatovic como director deportivo y se ficha a Fabio Capello como entrenador.

Y se le ficha, se supone, con los mismos objetivos que 10 años antes: renovar un equipo que lleva tres años sin ganar nada y con una serie de jugadores que, según el criterio mayoritario de los aficionados, ya han dado sus mejores años y no están ya para jugar en un club del nivel del Real Madrid: Roberto Carlos, Michel Salgado, Helguera, Beckham, Raúl, Ronaldo ...

Pero, contra todo pronóstico, únicamente prescinde Diogo (craso error, a mi juicio), Gravesen y Pablo García. Y ficha algunos jugadores ya veteranos (Cannavaro, Emerson) con el planteamiento de que “se necesita gente experta ya que hay que ganar títulos esta mismo año”.

Pero el experimento no funciona y, a mitad de temporada, don Fabio se ve obligado a prescindir de aquellos jugadores “acusados” por la grada. Se ve obligado (o le obligan) a rejuvenecer el equipo dando mayor protagonismo a hombres como Reyes o como los dos nuevos fichajes Gago e Higuaín (¿no quedamos en que hacía falta gente experta para ganar títulos ya desde el primer año?). Se ve obligado (o le obligan) a sacar del ostracismo en que él mismo los había metido a hombres como Beckham o Cassano. En consecuencia, a renunciar a sus planteamientos y principios.

Pero las cosas siguen sin funcionar. Y el caso es que el Madrid está, a primeros de marzo, fuera de la Copa del Rey, fuera de la Champions y muy lejos de la Liga (más que por diferencia de puntos, por diferencia de sensaciones con Sevilla, Barcelona e, incluso, Valencia). Es decir, camino de su cuarto año consecutivo en blanco y con Capello sentenciado.

Pero hete aquí que, de repente, todo parece cambiar y a base de fuerza, sacrificio, lucha, entrega, convencimiento y, porque no decirlo, algunas gotas de calidad y suerte, el Madrid cuaja un final de Liga excepcional alzándose con el título a pesar de que la calidad de su juego era, cuando menos, discutible. Pero como decía Claudio Ranieri, “ de lo que se trata es que todo el mundo crea en la misma idea, aunque la idea sea mala”. Pues el Madrid creyó y ahí está el resultado.

De todo esto saco dos conclusiones. O dos preguntas, mejor dicho:

1. No se si la planificación deportiva inicial fue del propio Fabio o le vino impuesta por algo o alguien (directiva, dirección deportiva, entorno ...). Ni se (aunque sospecho que sí) si los cambios ocurridos a mitad de temporada han sido “sugeridos” por las altas instancias del club de Concha Espina. Lo que si que se es que el señor Capello, en 1.997, no hubiese ni tenido, ni aceptado estos planteamientos. Don Fabio, en 2.007, sí que los aceptó: ¿porqué?


2. ¿Porqué se cesa a Capello? ¿Porque ya se le había sentenciado en febrero y no se podía dar marcha atrás o porque, como dice Mijatovic “se busca algo más”? Si es lo primero, no hay nada que objetar. Si es lo segundo, uno recuerda al Madrid de Antic, líder en la primera vuelta de la temporada 1991/92. El serbio fue cesado por Ramón Mendoza porque se buscaba “algo más de espectáculo” con la vuelta de Leo Beenhaker. El Madrid perdió esa Liga. Y también recuerdo el cese de Vicente del Bosque tres ganar el título de Liga en 2.003 porque, según Florentino, “se buscaba un perfil más profesional de entrenador”. El Madrid ha tardado cuatro años, justo hasta ahora, en volver a ganar un título.

A buen entendedor ...

lunes, 2 de julio de 2007

¿Y porqué habría de ser diferente este año?

Cuando más insistentes son los rumores sobre el traspaso de Fernando Torres al Liverpool, esa misma prensa que, día tras día, se empeña en colocarle fuera del Atlético de Madrid, se empeña también, día a día, en mostrar las bondades del nuevo proyecto rojiblanco, sugiriendo, veladamente, la posibilidad de que el Niño continuase para disfrutar y ser partícipe de un proyecto, esta vez sí, ganador.

Pues bien, no se si Fernando se irá o no se irá. Lo que si que se es que esos mismos que hablan de los fichajes de este año como la panacea, hablaban lo mismo el año pasado con la contratación, entre otros, de Agüero. Y lo mismo hace dos temporadas con las incorporaciones de Maxi y Petrov. Y lo mismo hace tres con ...

Cuando todos los años se habla de que hay que mantener una línea, un proyecto y fichar solamente tres o cuatro jugadores, cada año se hace lo contrario. Este año, al menos, se mantienen al entrenador pero, a fecha de hoy, se llevan fichados cinco jugadores, si contamos a Luis García. La conclusión es que, o mucho me equivoco, o acabaremos con diez altas y diez bajas. Toda una muestra de lo que es tener las ideas claras y un proyecto deportivo, en toda la extensión de la palabra.

El caso es que Fernando Torres lleva cinco años con el Atleti en primera y lo máximo que ha conseguido han sido dos séptimos puestos y, en consecuencia, dos Intertotos. Me duele muchísimo pero entendería que se fuese: sobradas muestras ha dado ya de su amor a los colores.

Lo que no comprendo es ese interés de la prensa en ensalzar, año tras año, cada proyecto cuando, también año tras año, los fracasos son repetidos. Bueno, si que lo entiendo ... Poderoso caballero es don dinero (y los pisos en Marbella). A buen entendedor ...