Un caso digno de estudio

La verdad es que lo del Atlético es un caso digno de estudio. O, tal, vez, sea el mío el que haya que estudiar. Después de la horrorosa segunda vuelta que llevamos, uno ya, hastiado de todo, decide que no ver el partido de ayer en Getafe. ¿Para qué comprar el partido para sufrir y desesperarme desde el minuto 1? De hecho, uno estaba casi convencido de que el único que ganaría el Atleti de aquí a final de temporada sería el del Barça (y éste, por no romper la tradición) y de que no se clasificaría para la UEFA.

Pues bien, dicho esto, uno decide irse a comer fuera de casa y, ya de vuelta, se encuentra con un transeúnte que, radio en mano, le informa de que, en el minuto veinte, el Atleti gana 0-2 y está cuajando el mejor partido del año. Nada más oír esto, uno se mete en el primer bar que encuentra para, por una vez en la vida, ver un partido del Atleti sin sufrir.

Y se encuentra con un cambio de esquema y con algo parecido a un trivote, compuesto por Luccin, Maniche y Jurado que, a priori, puede parecer defensivo al renunciar a un delantero pero que, en la práctica, resulta una idea excelente. Maniche, tantas veces, criticado, se marca el mejor partido del año. Lo más curioso del partido del portugués es que sus grandes logros, méritos y reconocimientos los alcanzó tanto en Oporto como en la selección portuguesa con un mediocentro defensivo detrás (Costinha) y con un conductor o pasador delante (Deco). Ayer, por primera vez en el Atleti jugó con ese mismo esquema con Luccin detrás y Jurado delante. El resultado: un gol y dos pases de gol del portugués. ¿Coincidencia? Pues todo es posible, pero ...

Además del portugués, un Fernando Torres pletórico con gos gosles y un buen puñado de jugadas. Un Fernando Torres que, como he dicho muchas veces, no ha vuelto porque nunca se fue. Por cierto, que lleva doce goles, los mismos que Morientes y sólo uno menos que Villa. Se que a muchos les sorprenderá este dato pero ... es lo que hay.

Total, que 1 a 4, un partido excelente, igual que el año pasado en Getafe y la UEFA, un poco más cerca. Sin embargo, no puedo dejar de preguntarme qué hubiese pasado si en todos los partidos a domicilio de la segunda vuelta hubiésemos salido con la misma mentalidad que ayer.