Del posible triple enfrentamiento entre Chelsea y United, sólo nos queda la final de la FA Cup a disputar el próximo sábado 19 de mayo: Liverpool y Milán, respectivamente, los eliminaron de las semifinales de la Champions y el empate del Chelsea el pasado domigo en el Emirates Stadium, dejaba el título liguero en manos del United.
Este hecho me hace plantearme, una vez más, la extraña manía de ciertos presidentes o entrenadores de cambiar las cosas que funcionan y no cambiar lo que no funciona. Veamos algunos ejemplos que, aunque de algunos ya he hablado con anterioridad, me parecen bastante significativos:
El Barcelona de Frank Rijkaard. El holandés dio unos cuantos bandazos a su llegada a la Ciudad Condal pero, desde la incorporación de Edgar Davids a mitad de la temporada 2003-04, Rijkaard dio con un esquema que, pese a la marcha ese mismo año del de Surinam, le ha permitido ganar dos Ligas (tal vez, tres) y una Champions en tres años. Ahora, cuando el sistema parece que empieza a flaquear, ganen o no la Liga, tal vez sea el momento de cambiar algunas cosas si quieren seguir ganando. Como dice la película: “hay que cambiar algunas cosas para que todo siga igual”.
El Manchester United, como decíamos hace unos días, ha pasado varios años tratando de corregir algo que no funcionaba desde la marcha de Roy Keane y, por fin, ha dado este año con la tecla adecuada, consiguiendo así ganar la Premier después de cuatro años, llegar a la final de la FA Cup y a semifinales de la Champions, dejando para el recuerdo aquel 7 – 1 a la Roma en la vuelta de los cuartos de final. Para el próximo, apuestan por tres refuerzos pero manteniendo la estructura de un equipo que, al menos este año, parece haber funcionado.
En el caso contrario, vemos al Chelsea. Los londinenses, desde que llegara Mourinho hace tres temporadas, habían seguido un esquema con cuatro defensas, un pivote defensivo, dos medios más ofensivos (un pasador y un recuparador-conductor), dos hombres abiertos a bandas y un hombre de referencia arriba. Un esquema, por otro lado, muy similar al empelado por el Barcelona. Este sistema les había permitido dominar con total solvencia la Premier las dos últimas temporadas y, pese a que en Europa habían caído eliminados, parecía que el sistema era lo suficientemente sólido como para llegar a corto plazo a proclamarse campeones de Europa. Pero, hete aquí, que este año se decide cambiar el esquema, se ficha a Ballack y Shevchenko, grandes jugadores, pero a los que hay que meter con calzador en el esquema. La consecuencia es que el sistema deja de funcionar y el Chelsea sólo aspira ya a la FA Cup.
Y el Madrid, gane o no la Liga este año es el ejemplo perfecto de situación en que las cosa van mal y no se hace nada por cambiarlas, es decir, se siguen cometiendo los mismo errores y no se cambia aquello que ya se ha demostrado que no funciona. Falta de planificación deportiva, fichajes más comerciales que deportivos, falta de una política coherente sobre la cantera ... son algunos de los fallos cometidos en la época Florentino y en el primer año de Calderón. Y, como digo, el Madrid podría ganar la Liga porque tiene calidad sobrada pero este no es un modelo que funcione. Este es un modelo que alguien debería replantearse para poder seguir ganando en los próximos años.
En fin, las cosas de estas gentes del fútbol.
jueves, 10 de mayo de 2007
¿Porqué cambian lo que funciona y no cambian lo que no funciona?
Publicado por Vicente Soto L a las 16:37
Etiquetas: Barcelona, Chelsea, Manchester, Real Madrid
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1 comentario:
Respecto al equipo de Rikjaard me quedo con la frase que citas,"a veces hay que cambiar algunas cosas para que todo siga igual", deberían aplicarlo en "Can Barça".
Y respecto al Chelsea efectivamente, si algo ya funciona para que cambian???
Las cosas en el mundo del fútbol no hay quien las entienda, lleva usted razón.
Un beso.
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