miércoles, 14 de febrero de 2007

¿Qué pretendía Eto'o?

Tras la espectacular rajada (podéis leer aquí la trascripción de sus declaraciones, extraídas del portal La Moviola de Rafanomejodas) de Samuel Eto’o ayer en Barcelona, uno se pregunta qué es lo que, en realidad, está buscando el camerunés.

Cierto es que Eto’o siempre ha sido un futbolista polémico. Hace ya un año, al inicio de este blog, me planteé algunas cosas sobre la personalidad de este hombre.

Pero, de verdad, que no comprendo la salida de tono de ayer. No creo que se trate de un calentón. Porque, si así fuese, no empieza el domingo, cuando se niega a saltar al terreno de juego, y continua 48 horas más tarde.

Entonces, ¿qué pretende? ¿Qué echen a Rikjaard? Pudiera ser pero ¿qué ganaría él? Creo que el holandés ha dado muestras de que, si alguien es insustituible, es el camerunés. ¿Qué vendan a Ronaldinho y así acabar con los celos que se supone que le tiene? Pues también pudiera ser pero, al final, le traerían a otro del cual sentiría los mimos celos. ¿O, tal vez, pretende forzar su salida? Y, en ese caso, ¿Al Chelsea? ¿Volver al Madrid?

Francamente, creo que quiere ser vendido a final de temporada pero la forma de “anunciarlo” no ha sido la más oportuna. Tanto el club como él salen perjudicados por lo que no entiendo qué beneficio pretendía obtener de esto. Entre unas cosas y otras, el Barcelona es un equipo roto y sólo el carácter tranquilo de su entrenador podría llevar a una reconducción de la situación para aguantar así hasta final de temporada. Y eso no le beneficia ni a él ni a nadie.

Creo que, una vez más, a Eto’o le ha traicionado el enorme ego que tiene (muy bueno para muchas cosas, criminal para otras). El problema es que los egos grandes suelen funcionar bastante mal en un EQUIPO de fútbol. Sobre todo, si hay muchos.

2 comentarios:

Fer dijo...

Yo soy de la opinión, de que a Samuel, si el Madrid le dice ven... pero claro, a Laporta, como que va a ser que no.

Iván dijo...

No le deis más vueltas, que a éste lo que le pasa es que le faltan dos primaveras.