No me reconozco (o Luego preguntaremos porqué España nunca hace nada en los Mundiales (VIII))

Me miro a mí mismo y no me reconozco. Miro mi propio blog y me sorprendo sin haber escrito sobre la Selección española en los diez últimos días, mientras España prepara y disputa dos partidos de clasificación para la Eurocopa 2008 que, aunque no apasionantes, si que son absolutamente decisivos para nuestro futuro. Porque, se mire como se mire, sería un fracaso sin paliativos, no clasificarnos para este evento.

Pero, aún sin pretender excusarme, sigo creyendo que es muy difícil en España defender a la Selección, es muy difícil preocuparse por ella, seguirla fuera de Mundiales y Eurocopas. Pero claro, luego nos preguntaremos porqué no hacemos nada en los grandes eventos.

Pues una de las razones está en lo siguiente: en estos últimos diez días, hemos hablado de los horarios de las últimas jornadas de Liga, de las primas a terceros, de la sanción a Ronaldinho, de Abidal, de Alves, de Kaká, del posible jugador del Barça tocado por el Madrid, de si Xavi y Puyol esconden o no la bandera de España, de si Xavi fuerza su tarjeta para beneficiar a la Selección o al Barça, de lo mal hecho que está el calendario, hasta de la continuidad de Luis Aragonés ... De verdad, siendo honrados, ¿a quién le importa la Selección?

El caso es que se ganó el sábado a Letonia, en un partido feo, con dos goles de rebote: como era lo que se suponía, no tuvo mayor trascendencia. No quiero ni imaginar qué hubiese pasado de haber empatado o perdido. Y recuerdo, por si alguno no lo tiene in mente, que, en el año 92, con Clemente en el banquillo, se empató en Letonia. Y que hemos empatado y perdido en sitios mucho más infames que Letonia. Y con esto no quiero decir que ganar en Letonia sea un mérito a celebrar, lo que quiero decir es que debemos ser conscientes que quienes somos en el escalafon europeo y Mundial.

Y esta noche, Liechenstein, un equipo que, en opinión de Luis, está "dos peldaños por debajo". Y cinco, diría yo. Otro partido con poco morbo y con poco atractivo, salvo por un pequeño detalle: que juega nuestra Selección.