Maxi sigue en estado de gracia

Llegaba ayer el Sevilla al Calderón con hechuras de equipo grande (entre el final de la pasada temporada y el principio de ésta, 16 partidos oficiales consecutivos sin perder) y todavía con el recuerdo del lamentable espectáculo del partido del pasado año.

Y a fe que lo demostró mientras estuvo con once jugadores sobre el campo. A pesar de jugar con un planteamiento, a priori, más defensivo que de costumbre (tres mediocentros y Kanouté solo en la punta de ataque), dominó a placer el primer tiempo y no metió más que un gol porque no forzó la máquina.

Entre tanto, el medio campo del Atlético no ligaba una sola jugada, Costinha (extraño en él) perdía balón tras balón, Luccin andaba perdido y las bandas, simplemente, no existían. Como escribí en su momento, se echaba en falta la presencia de un conductor de juego.

Pero llegó el segundo tiempo y el empeño de los defensas del Sevilla en jugar límite dejó al equipo andaluz con nueve jugadores. Aunque Maniche mejoró notablemente el rendimiento de Costinha (tremenda la movilidad del último fichaje), ni aun así fue capaz el Atlético de trenzar un juego mínimamente fluido.

Pero un tiro desde lejos de Maxi y una genialidad de Torres rematada (cómo no) por Maxi, sentenciaron a un Sevilla que, pese a todo, dejó impronta de equipo muy bien trabajado.

LO MEJOR, que Maxi sigue "casado" con el gol y que este tipo de partidos, otros años, se perdían.

LO PEOR, la cantidad de balones perdidos por Costinha, las dudas de la defensa en el juego aéreo y la falta de ideas en el centro del campo.