Estamos de vuelta. Tras un par de semanas "lejos del mundanal ruido", volvemos a la rutina, al trabajo, al sonido del teléfono, a los correos (inmumerables los que he tenido que leer y contestar esta mañana ... y los que me quedan) y a mi querido blog.
Durante este tiempo, han sucedido no pocas cosas dignas de relevancia: dos nuevas jornadas de Liga, el inicio de la Champions, una nuevo fiasco de la selección española de fútbol, el título mundial de Alvaro Bautista ...
Pero, por encima de todo, el título mundial de la selección española de baloncesto. Aunque sea de una forma atemporal, no quiero perder la ocasión de que en este blog quede constancia de tal evento.
Os sitúo: Valladolid, donde fui a pasar ese fin de semana. Fiestas de la Virgen de San Lorenzo. Chiringuitos en la calle de todo cuanto bar y taberna hay en la ciudad. Riadas de gente por la calle. Increíble el ambiente. Tremendo el calor. Para quien no haya estado en Valladolid, le recomiendo una visita y un recorrido por sus bares de tapas alrededor de la Plaza Mayor.
Pues bien, todo ese maravilloso panorama sólo tenía una pega que, en condiciones normales, no pasa de ser una anécdota pero que el día 3 de septiembre a las 12:30 h. de la mañana, se convirtió en una "pequeña tragedia" para quien esto escribe: resulta francamente complicado encontrar un bar con televisión por esa zona de Valladolid.
Pero bueno, mal que bien, un rato por aquí y un cuarto por allá, nos las apañamos para ir viendo el partido a la vez que saboreábamos los deliciosos pinchos de la gastronomía pucelana.
No me detendré ahora en buscar calificativos para el triunfo de nuestra selección porque ya no es momento y porque creo que ya está todo dicho. Pero me quiero parar en la inevitable (y odiosa) comparación con el fútbol. Y me surge un nuevo elemento que introducir en el debate: el COMPROMISO. ¿No es un tanto chocante, por un lado, la "lucha" de Gasol con Memphis para asistir a cuanto compromiso haya de la selección y, por otro, el "escaqueo" de Xavi y Puyol del último amistoso de la selección de fútbol? Se que habría que entrar en otro tipo de consideraciones como son los calendarios (demenciales en el fútbol y medianamente razonables en baloncesto) pero me me resulta muy chocante una actitud y otra.
Tal vez si todos y cada uno de los componentes de la selección de fútbol tuviesen el mismo compromiso (siempre hay excepciones) que los miembros de la de baloncesto, mucho mejor nos iría.
lunes, 18 de septiembre de 2006
Entre los pinchos y el compromiso
Publicado por Vicente Soto L a las 16:15
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