Disputó ayer la selección española su primer y único amistoso antes de afrontar la Copa Confederaciones, un torneo relativamente nuevo, con mucho menos impacto mediático que un Mundial o una Eurocopa (salvo para la cadena que ha comprado los derechos en la que parece que el mundo empieza y acaba en el torneo) y al que en España no se le había prestado el más mínimo caso hasta esta edición.
Pero dado que nuestra condición de campeón de Europa nos otorga el derecho de participar y dado que nuestra increíble racha de imbatibilidad (creo que, con el de ayer, son ya 32 partidos) y nuestro juego en el último año y medio, tengo la impresión de que este año le haremos algo más de caso y que cualquier cosa que no sea ganar será considerado un fracaso en nuestro país. La primera fase debe ser bastante más que asequible (Nueva Zelanda, Sudádrica e Irak serán nuestros rivales) pero en semifinales y en una posible final debemos medirnos, previsiblemente, a Italia y a Brasil, que vienen con sus mejores elementos.
Y la selección española está en condiciones de pelear “de tú a tú” con cualquier de las dos. Jugamos mejor que nadie (al menos, desde mi punto de vista). Y podemos ganar a quien sea, los resultados están ahí. Esto no ocurría hasta hace bien poco, cuando selecciones del tipo de Brasil, Italia, Francia o Argentina parecían un muro infranqueable. Y esto ya es un gran avance. Pero, de eso a decir que no ganar sería una decepción, incluso un fracaso, media un abismo.
miércoles, 10 de junio de 2009
Camino a la Copa Confederaciones
Publicado por
Vicente Soto L
a las
12:58
Etiquetas: Copa Confederaciones 2009, Selección española
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1 comentario:
Pues yo veo a España como la máxima favorita. Puede ser el anticipo al Mundial. Veo a la selección en gran forma. un abrazo.
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