lunes, 25 de febrero de 2008

Una simple cuestión de sentimientos

Puedo prometer y prometo (que decía en tiempos Adolfo Suárez) que no tenía previsto hablar hoy del Atlético de Madrid. Puedo prometer y prometo que no fui el jueves pasado al Calderón. Puedo prometer y prometo que me negué ayer a pagar los 12 € que suponían ver en PPV el partido del Atlético ante el Osasuna. Puedo prometer y prometo que, un año más, estoy borde de tirar la toalla.

Hubiese querido hoy hablar de la victoria del Tottenham de Juande Ramos en la Carling Cup, del "hat-trick" de "ese chico tan limitado" el pasado sábado ante el Middlesborough, de la criminal entrada de Martin Taylor a Eduardo da Silva (de eso no hubiera querido pero creo que era necesario), de las sorprendentes frases de ciertos personajes como Enrique Cerezo o Pedja Mijatovic el pasado fin de semana o de la goleada (4 a 1) del Blackburn Rovers (un equipo de mitad de tabla en Inglaterra) a un tal Bolton.

Pero el Atleti es un sentimiento que me puede. El pasado jueves, tras caer ante el Bolton, alguien me hacía la siguiente reflexión: "Si tan cansado estás, deja tu abono, no lo renueves más. Tu eres uno de los 50.000 culpables de que los sinvergüenzas sigan ahí. Se que un sólo abono es insignificante pero también lo es un sólo voto en política y en política te niegas a apoyar a aquel que crees que destroza tu país, por mucho beneficio que saques tú. Pues esto es lo mismo".

Pensando con la cabeza, no puedo rebatir ni una sola línea de esa argumentación pero hay un algo dentro de mí que me impide hacer lo mismo con mi abono del Atleti. Y después de cada caída, después de cada bofetada, siempre hay, tal vez de forma ingenua, algo que me hace pensar que puede que estos golfos se vayan algún día, que puede que un día la afición despierte, que puede que algún día si protesto en el Calderón, nadie me dirá aquello de "A protestar, al Bernabeu", que puede que algún día el Atlético vuelva a ser de sus socios y no de unos ladrones y que puede que algún día, el Atleti vuelva a ser el equipo grande que nunca debió dejar de ser.

Y ayer, tras ver en el teletexto la derrota ante Osasuna, pensé que no iría al Calderón el próximo sábado, que no quería ver cómo éramos nuevamente humillados por el Barcelona, tal y como sucedió el pasado año.

Pero esta mañana, he recibido esta convocatoria: http://fueradelcalderon.blogspot.com/ y creo que es mi deber estar allí. Aunque esté solo.

1 comentario:

Billie dijo...

Toda la razón hay que sumarse a esa concentración.